Será reina, tendrá millones y una vida de glamour, pero, en algunos planos, no deja de ser "una chica" más, una de nosotras. A Máxima Zorreguieta también la desvelan los celos y pone orden en su pareja cuando alguna otra mujer mira con interés a su marido.
Cuenta los periodistas especializados en chismes reales que Máxima sufrió una crisis durante su relación con el príncipe Guillermo Alejandro cuando Emily Bremers, una azafata con la que su marido había estado de novio durante cuatro años, reapareció como un fantasma en sus vidas.
La prensa había fotografiado a Guillermo con su ex y las imágenes llegaron a manos de Máxima, quien -dicen- le dejó en claro que no volviera a exponerla a semejante situación.
Fue hace muchos años, cuando Máxima y el príncipe aún no estaban casados. Ella se fue a descansar junto a su familia a la Argentina para asustar a su muchacho y el príncipe acusó recibo y no tardó en viajar hasta la Patagonia para reconquistarla, ramo de flores y anillo de diamantes en mano.
Emily Bremers es hija de un dentista holandés y la relación con Guillermo no había prosperado porque la reina Beatriz no la aceptaba porque su padre estaba acusado de no pagar los impuestos holandeses.
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