Considerado uno de los paisajes más imponentes de toda la Argentina, el Cerro Aconcagua se alza en el extremo noroeste de Mendoza, con sus 6.959 m.s.n.m en la cumbre norte y sus 6.930 m.s.n.m en la cumbre sur, arrogándose el calificativo de “montaña más alta de América”. Atractivo, soberbio y desafiante, este pico es protegido por el Parque Provincial homónimo, el cual incorpora a los itinerarios turísticos incomparables bellezas y perspectivas.
El reconocido mirador existente allí, permite una majestuosa vista del Aconcagua que ningún visitante de Mendoza debería estar dispuesto a perderse. Cumbres de nieves eternas, altura incomparable, este apasionante punto del circuito mendocino permite experimentar una agradable sensación de libertad y pureza que no querrá abandonar rápidamente.
El “Centinela de América” -mote con el que se conoce al cerro-, constituye el espacio ideal para la práctica de andinismo, recibiendo cada año a escaladores de todo el mundo, que llegan hasta este perfecto escenario para desarrollar su actividad predilecta, vivenciando la adrenalina y saboreando el gusto del riesgo.
La laguna Los Horcones indica la puerta de entrada a la reserva de 75 mil hectáreas que rodea a la reconocida montaña, perfeccionando este circuito paisajístico y aventurero con panoramas magníficos y sensaciones indescriptibles. Guardaparques, refugios, plazas de andinismo en las rutas de ascensión, alquiler de mulas, son algunos de los servicios que ofrece el Parque Provincial para comodidad de sus visitantes.
Con su enormidad y hermosura, el cerro Aconcagua no admite copias ni representaciones. Así que, una vez en Mendoza, no se conforme con una postal, diríjase a este ostentoso pico y comprobará que ninguna foto abarca toda su belleza.
Místico y deslumbrante, el reconocido Puente del Inca arrastra una historia plena de leyendas que intentan explicar su extraña formación. Situado en la Cordillera de Los Andes, en el noroeste de la provincia de Mendoza, este puente rocoso resguarda numerosas vertientes naturales por donde surgen aguas curativas de entre 34 y 38 grados centígrados.
Con casi 50 metros de largo y 28 de ancho, la curiosa formación geológica se suspende a 27 metros de altura sobre el Río Las Cuevas, pendiendo de ella estalactitas y agujas de hielo, todo lo cual conforma un impactante paisaje coloreado de amarillo debido a la permanente recepción de azufre. Bajo el majestuoso puente natural, y hacia el costado del mismo, una construcción protege las pequeñas piletas por donde corre agua mineralizada, de alto valor terapéutico, capaz de petrificar cualquier objeto expuesto a su paso durante algún tiempo.
Se considera que el Puente del Inca debe su nombre a las visitas frecuentes que realizaban al lugar los indígenas de esta cultura, atraídos por las propiedades curativas de sus aguas. Innumerables leyendas originadas en esta creencia, han contribuido a la perfección de este sitio como un destacado atractivo turístico.
El área yace, además, ornamentada por rastros de un lujoso hotel que fuera destruido casi por completo por el alud que azotó la zona en 1965. En su época de esplendor, este hotel supo albergar a importantes personajes que se acercaban a disfrutar de las aguas termales; actualmente, atrae a los turistas hacia las huellas de su pasado.
Encantador y apasionante, el Puente del Inca es un punto turístico que nadie puede dejar de admirar con sus propios ojos y sentir en propia piel.
Desde Uspallata, se accede a Las Cuevas transitando 83 Kilómetros por la Ruta 7 a Chile. Desde allí, tomando el camino de la izquierda, otros 8 Kilómetros dejan al pie del Cristo Redentor.
Las Cuevas es la villa fronteriza encargada de marcar el fin del recorrido argentino por la Ruta 7 hacia Chile. Dos caminos parten desde Las Cuevas: uno que inclinándose a la derecha conduce al Túnel Internacional abriendo paso hacia el país vecino; y otro que tendiéndose a la izquierda marca el recorrido hacia Paso Bermejo y el Cristo Redentor.
El sinuoso camino de cornisa que lleva hasta el Monumento Histórico Binacional Cristo Redentor, se extiende a lo largo de aproximadamente 9 Kilómetros, desembocando en la altiva escultura de bronce que sirve de extraordinario límite a Argentina y Chile.
Símbolo de la paz fronteriza, meta desafiante de excursionistas, vista panorámica incomparable de las cumbres nevadas y los picos del cordón montañoso de Los Andes, el Cristo Redentor constituye un atractivo por excelencia de la provincia de Mendoza, y un punto de visita ineludible al disfrutar de Uspallata, sus propuestas y hospitalidad. Su acceso se torna más fácil en los meses de verano, mientras que entrado el otoño, la llegada al mismo es prácticamente imposible.
Desde Uspallata, se accede a Las Cuevas transitando 83 Kilómetros por la Ruta 7 a Chile. Desde allí, tomando el camino de la izquierda, otros 8 Kilómetros dejan al pie del Cristo Redentor.
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